Por Matías Carnevale

Para LA GACETA - BUENOS AIRES

En 1959, Jack publicó en Playboy un artículo con el nombre de “Orígenes de la Generación Beat”, en el que explica las raíces literarias, históricas y sociales del grupo que, sin desearlo, llegó a representar públicamente. En defensa de sus coetáneos y amigos, Kerouac emprende contra los medios de comunicación, que desinformaban a sus lectores promoviendo el sensacionalismo y el miedo hacia ellos: “qué pena me dan quienes creen que la Generación Beat significa crimen, delincuencia, inmoralidad…pena aquellos que son los portavoces de la muerte…quienes creen en el conflicto y el horror y la violencia y en llenar los libros y las pantallas y las salas con esa basura”. Kerouac se ensaña, con razón (pensemos en films de explotación juvenil como The Beat Generation, también de 1959), con “aquellos que filman películas perversas sobre la Generación Beat… en las que la inocente ama de casa es violada por un beatnik”. Kerouac, no obstante, concluye que Dios perdonará a todos los pecadores. Al Creador, en Big Sur, novela de 1962, Jack lo imagina como un director de cine…

Como esta conexión entre los beats y el cine tiene una extensa historia, he decidido, junto a una docena de colaboradores -todos ellos expertos en distintas disciplinas- compilar un libro, próximo a publicarse con el título de Pull my Daisy y otras experimentaciones, que la explore.

Juan Manuel Otero Barrigón es especialista en psicología de las religiones, y en su artículo se enfoca en la adaptación de Big Sur (2013), dirigida por Michael Polish. Opina el investigador, resumiendo sus conclusiones, que la película “logra sumergirnos en la atmósfera espiritualmente tormentosa que envolvió la escritura de esta obra de la saga de los Duluoz. La tonalidad melancólica que atraviesa el film puede resultar abrumadora; al fin y al cabo estamos asistiendo al testimonio en primera persona de un auténtico descenso a las profundidades del dolor existencial. Al mismo tiempo, somos espectadores de una búsqueda desesperada de sentido, camuflada por litros de alcohol. Todo esto sucediendo en un paisaje histórico, geográfico y espiritual que asoma el nacimiento de nuevas búsquedas, y para muchos incluso, de toda una nueva era. Big Sur puede ser así también leída como un prolegómeno, una anticipación, una transición entre dos momentos clave en la historia cultural del siglo XX”.

Con textos firmados por Esteban Moore, Ariel Hendler, Paula Vazquez Prieto, Edgardo Scott y Daniel Link, entre otros, nuestra propuesta bucea en la filmografía relacionada con los beats-en adaptaciones o films cuya estética o temática se conecta con ellos. Entendemos que todavía no existe una adaptación o traducción audiovisual definitiva, certera, contundente, pero no por eso hemos dejado de encontrar perlas entre el fango cinematográfico, una manera de conmemorar la obra de Kerouac y su afición por el séptimo arte.

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Matías Carnevale - Periodista cultural. Compilador de Pull my Daisy y otras experimentaciones.